Ciudad del FaraónEl desierto a veces guarda tesoros bajo la arena y, como si de una cápsula del tiempo se tratara, revela sus secretos mucho tiempo después. Más de 90 años han permanecido enterradas las esfinges que se utilizaron en 1923 para rodar la película «Los 10 Mandamientos» bajo las dunas del desierto de Guadalupe (California). El decorado se construyó en Los Ángeles y lo llevaron dividido en piezas hasta Guadalupe (a 266 km.) donde ensamblaron las impresionantes estatuas. En aquella época, no existían efectos especiales y el decorado se construyó a tamaño real. Una vez que terminó el rodaje, se dice que el equipo de rodaje dinamitó el decorado y enterró las esfinges en una zanja. El aire, la lluvia, el paso del tiempo y el movimiento de las dunas han dejado al descubierto gran parte del botín que la arena ha tenido protegido durante todo este tiempo. La esfinge (que mide casi 5 metros) está prácticamente en el mismo sitio que ocuparon durante el rodaje y es una de las 21 que marcaban el camino hacia la Ciudad del Faraón. La fachada de la Ciudad tenía 12 pisos de altura y medía 219 metros de ancho.

La primera excavación se llevó a cabo en la década de 1990, los arqueólogos peinaron la zona del rodaje y descubrieron docenas de pequeños objetos, incluyendo tabaco y botellas de jarabe para la tos. Estas probablemente sirvieron como sustituto del alcohol que estuvo prohibido desde 1920 hasta 1933. En 2012, Dunes Center invitó un grupo de arqueólogos para retomar la búsqueda. La película les ayudó a guiar la excavación:

«Trabajábamos de día y veíamos la película de noche para saber qué nos estábamos encontrando», declaró Colleen Hamilton, jefe de la operación. Consiguieron recuperar la cabeza de una esfinge que hoy se conserva en el Dunes Center, pero no tuvieron tiempo para encontrar el cuerpo.

Excavacion

Dos años después han conseguido acabar el trabajo y han recuperado el cuerpo. La erosión y los materiales frágiles con los que se construyó hacen que el trabajo de recuperación sea lento, pero se calcula que a mediados del año que viene podrá contemplarse la esfinge reconstruida. A pesar de que solo podían trabajar algunas horas al día por la niebla y el viento, tardaron 8 días en sacar el cuerpo y llevarle a un lugar seguro, protegido del aire y la humedad.

La película en sí misma es una pieza histórica, ya que fue la producción más cara realizada en ese momento: 1 millón de dólares. Algunas escenas fueron filmadas en Technicolor, y utilizaron técnicas muy novedosas para crear el efecto de separación del Mar Rojo.
Jenzen declaró «Creo que es un gran descubrimiento, pero hay que ponerse cómodos para verla entera, porque dura más de tres horas y es en silencio.». Igual no es necesario ver la película, pero sí podremos ver una parte de su historia.
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