Segunda jornada que disfrutamos del Festival de San Sebastián. ¿Nos acompañas?
LA CORDILLERA
Hablar de Darín es hablar de éxito en sea lo que sea que haga para el espectador, aunque en esta ocasión me llegue a costar ver el lado bueno a esta película. «La cordillera» tiene todo lo que puede pedir una película antes de entrar en la sala. Precisamente estará en muchas salas, mucha publicidad, está en un gran festival donde se premia a su protagonista, con un joven director como Santiago Mitre que viene de dejarnos una última película impactante (La patota) y con un buen elenco de actores encabezados por, el que para mi está en la cumbre de cualquier cordillera de actores y actrices como es, Ricardo Darín.
En una cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, donde se trazan las estrategias geopolíticas y las alianzas, Hernán Blanco, el presidente de Argentina, atraviesa un drama político y familiar. Está implicado en un caso de corrupción a través de su yerno. A pedido de su padre, Marina Blanco asiste a la cumbre para buscar protección, ganar tiempo y negociar una salida. El pasado, alguna vez tranquilo y doméstico, se transforma en un elemento peligroso cuando es visto desde la cima de la vida pública, visto desde la cumbre.
“La cordillera” es una película fácil de ver que te va metiendo poco a poco en una vorágine donde uno se pregunta qué desenlace tendrá. Cuando llega el momento de la verdad todo es un lío sin resolver, tramas a medio estructurar (que evidentemente no se cierran) sin nada que nos llame especialmente la atención y que parece haberse hecho con prisa por terminar y de cualquier manera.
Eso sí, además de salvar a Darín (que para mi siempre está bien) llama la atención el gran trabajo realizado en la música por otro de los que en lo suyo nunca fallan, Alberto Iglesias.
EL SECRETO DE MARROWBONE
Otra de esas películas que tienes ganas de que lleguen porque, de nuevo y como con “La cordillera”, piensas que tienen varios factores detrás que normalmente son claves para el éxito… mucha potencia en cuanto a su producción y distribución (Telecinco Cinema y Universal), la opera prima de un guionista que ha trabajado con gente importante como J. Bayona (El orfanato y Lo imposible) y Fernando González Molina (Palmeras en la nieve) y con la producción del propio Bayona y Guillermo del Toro, pero que a la hora de la verdad piensas qué ha podido fallar para que ninguno de estos eslabones de la cadena se den cuenta de que algo falla.
La historia nos lleva al año 1969, tras la muerte de la madre, los cuatro hermanos se esconden en Marrowbone, una granja abandonada en medio de la América Rural, con la esperanza de iniciar una nueva vida. Sin embargo, las paredes ocultan un terrible secreto.
Si esta película se hubiera realizado hace 20 años estaríamos hablando de unos de esos grandes éxitos. La factura es envidiable, escenarios muy atractivos, las interpretaciones buenas, una música que acompaña perfectamente y una idea. Ahí es donde estaría el triunfo hace 20 años y el fracaso (a mi modo de ver) en el presente. El problema de “El secreto de los Marrabowne” es que es algo que ya hemos visto, algo que no sorprende para nada y que sí lo hizo hace mucho tiempo con películas como “El sexto sentido” o “Los otros” y que hace que la sala se esté riendo a mitad de la película burlándose de lo previsible, sin estar de acuerdo con dichas burlas al parecerme una falta de respeto ante el creador de la obra.
Resumiendo, me parece que no llama tanto la atención lo que me pareciera la película como el que nadie (primeramente un director cuya especialidad es el guion, siguiendo por Telecinco Cinema, Universal, Bayona o Guillermo del Toro) se haya dado cuenta de que esto ya se ha visto muchas veces y que quizá, con una vuelta por un lado o por otro, se podría haber rematado mucho mejor.
BORG VS. MCENROE
Una de esas películas que tenía muchas ganas de ver por ser amante del tenis y no conocer (por mi edad) todos los detalles de dos grandes de la historia del tenis.
Borg McEnroe narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos.
Después de salir del pase de prensa he escuchado muchos comentarios alrededor de su apariencia con un documental o su frialdad (en apariencia a la procedencia del film, muy parecida quizá a uno de sus protagonistas). Quizá no les falte razón a todos esos compañeros y compañeras que hablan así de esta producción pero yo me quedo con otras muchas cosas y especialmente en la labor interpretativa de los dos actores que están sobresalientes y en esas recreaciones y coreografías tenísticas en los diferentes peloteos y tanto en las secuencias personales y emocionales como en las puramente deportivas de la película. El director y los actores (supongo que especialistas) se atreven a recrear parte de esos partidos con una exactitud que asusta haciéndolo con los materiales de la época cosa que les costaría a grandes como Nadal y Federer. No solo hay que ser buen tenista sino buen “bailarín” para recrear exactamente esos puntos históricos.
Solo me hago una pregunta a modo de reflexión final, ¿qué diferencia habría entre esta producción sueca y una estadounidense?
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