Mi puntuación

7
Dirección
7
Guión
8
Interpretación

La Academia eligió como una de las 3 candidatas a representarnos en los Oscar a una película pequeña, que triunfó en el último Festival de Málaga ganando el Premio a Mejor Película y Premio de la crítica, entre otros reconocimientos. 10.000 km habla del amor en la distancia, en la era de la hiperconexión y las videoconferencias. Se puede vivir sin wifi pero aún no hay nada que sustituya las caricias y los abrazos.

Álex y Sergi son una pareja estable, que viven en Barcelona y están pensando en tener un hijo. Los planes de futuro dan un giro inesperado tras un email en el que Álex tiene la oportunidad de hacer una residencia artística durante un año en Estados Unidos. Esto plantea un conflicto entre ellos, que deciden que Álex aproveche la oportunidad que se le ofrece y se ven lo suficientemente fuertes como para afrontar el reto de estar un año viviendo en la distancia (un año pasa rápido, iré a verte en verano, hablaremos todos los días…).

La película se convierte en una exhaustiva crónica diaria del paso del tiempo que muestra con detalle los cambios a los que se somete la pareja: la pérdida de la ilusión, de las ganas… de las dificultades que al principio no lo eran, pero que van ganando peso cada día. Los actores consiguen crear una historia tan real que atraviesa la pantalla y en la que podríamos vernos identificados cualquiera de nosotros. Una situación muy común y de lo más normal, con sueños e ilusiones compartidas, pero que también muestra la cara amarga de lo que supone tener una relación a través de skype en la que falta el contacto físico durante demasiado tiempo. Las promesas no cumplidas y las buenas intenciones van dando paso a los reproches y las decepciones. Carlos Marqués-Marcet (director y guionista) cuenta la historia sin florituras, desprovista de adornos, en la que los silencios y los planos congelados de la pantalla hablan por sí solos.

10000km

Dos actores y sus dos ordenadores son suficientes para hacernos testigos del frío que va llenando los rincones del cariño a pesar de tener todo tipo de medios tecnológicos para estar 24 horas comunicados, insuficientes para transmitir el calor de la otra persona. Solo el amor no es suficiente para sostener una relación que depende de la conexión de internet.

Una historia más común de lo que parece, contada desde la desnudez y desprovista de edulcorantes. Real como la vida misma. Tanto que a veces no parece que estemos viendo una película.